En cada oportunidad en que se expone las bondades de la salvación en la Biblia, siempre está presente la ley, los Diez Mandamientos. Esto es muy importante porque Dios enseña que Él creó la ley para que el hombre comprendiera lo que es el pecado, y que comprendiera que es un pecador (1 Jn. 3:4).
Dios enseña que Pablo no sabría que codiciar es pecado a menos que la ley le dijera: “No codiciarás” (Ro. 7:7). Así, es por medio de conocer la ley de Dios que nosotros podemos comprender cuán mal estamos frente a Él.
Nadie se salva por cumplir la ley, ya que por cumplir lo que la ley demanda nadie será jamás salvo (Ro. 3:20; Gá. 3:10). La salvación es sólo por gracia, solo por fe.
La función de la ley es cerrar la boca del pecador. Detener al pecador de justificarse y dejarlo culpable frente a Dios (Ro. 3:19).
Una maravillosa tarea de la ley es llevarnos a Cristo, conducirnos hacia nuestro amado Salvador Jesús. La ley es un maestro. Al acercarse a la ley, la persona queda desnuda en toda su pecaminosidad y comprende que necesita un Salvador al cual deberá acercarse con fe, sin la cual es imposible agradarle (Gá. 3:24; He. 11:6).
La ley no nos ayuda, sólo nos deja indefensos. La ley no nos justifica, sólo nos deja culpables ante Dios Santo, Justo y Recto. La ley nos muestra que estamos sucios delante de Dios.
Una de las funciones de la ley de Dios es condenar. No andamos por allí condenando a las personas no creyentes, de acuerdo con Juan 3:18 ellas ya están condenadas. La ley sólo nos muestra tal como somos.
Los 10 mandamientos son el estándar moral de Dios. Si no conocemos la ley de Dios, no veremos que nuestros pecados son de sobremanera pecaminosos, y nuestro corazón no estará preparado para el Evangelio (Ro. 7:13).
La ley quebranta el corazón duro, y el Evangelio sana al corazón quebrantado. Dios da gracia a los humildes de corazón, pero a aquellos que crean tener su propia forma de salvarse Él los rechaza (Stg. 4:6).
En Sólo Jesús Salva servimos a la iglesia para conocer cuál es el Evangelio y cómo hablarlo con otras personas.
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